Perdoooooooooon
¿ Cuántas veces nos piden perdón por bolazos, golpes de disco volador, pisotones, encontronazos por culpa de estos dos artefactos diabólicos ? También me pregunto por qué siempre juegan con estas armas de playa los más negados para esta actividad, en especial los del disco volador con su típico lanzamiento, ese llamado: " A quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga". Deberían ser prohibidos sobre todo a la hora de la siesta. Ese sonidito de las palas es... para matar a alguien.
Para las reales (y horteras) posaderas
Cómo ha evolucionado la sillita de playa. Las primeras de la foto siguen de rabiosa actualidad en ciertas playas gaditanas, ovetenses y malagueñas. Es como ver " Cuéntame...." pero en directo. Algunos, los más rodados en el dominguerismo playero, llevan consigo a la abuela vestida de negro para ponerla a la sombra. Para mí que la abuela está momificada, es un extra como la nevera o la sandia...
Extras sonrojantes
Barbacoa, nevera, musiquita... son cosas que le hacen sentirse en casa. Esa barbacoa que arruinará el día de playa a los vecinos hacia los que vaya el viento. Sólo puedes pedir a Dios que no sean sardinas lo que van a asar... Si lo son, date por muerto, el olorcillo te durará dos días (casi lo mismo que cuando vas a un restaurante chino y sales con ese característico olor a fritanga que te acompaña todo el día). A los de la música los "eutanasiaba" ahí mismo.
Evoluciones
¿ I+D ? Este es el campo donde la investigación no cesa. La tecnología al servicio del dominguero playero. La maletita isotérmica con vajilla y tal... la verdad es que mola un huevo. Y la tumbona para leer resuelve infinidad de molestias pero... hay que tener cojones para usar estos artefactos en playas donde uno mantiene cierta imagen...
Como en casa
A alguno sólo les falta llevar el marco de fotos del churumbel jurando bandera o de la niña en la primera (y última) comunión. El calendario de la Virgen local y el aparador del salón también caben en estas construcciones playeras. Auténticos apartamentos gratis total. Estando en Cadiz había fines de semana con tal nivel de tiendas de campaña, tenderetes y chambaos en la playa que era necesario el nombramiento de un presidente de la comunidad de vecinos para organizarse... Estos amantes de la playa no lo son tanto visto el nivel de basura que dejan por donde pasan. Vamos, que con todas las gilipolleces que llevan ... ¿ no les cabían unas bolsitas de basura ? Guarros.
El "como-molo-con-mi-barco" tocapelotas
Muy extendido últimamente. Los poseedores de ciertas lanchitas y barcos deciden ir a comer al chiringuito de la playa. No disponer de lancha auxiliar es un problema pero no tener ganas de nadar ( o no saber hacerlo) es un problema mayor aun. Deciden pasarse por el arco del triunfo las normativas , leyes, que no les permiten aproximarse a la playa con su flamante lancha. Afortunadamente casi siempre alguno de los invitados a bordo hace una demostración de torpeza a la hora de bajar y llegar a la playa. Una señora y un torpe siempre o se caen o se empapan con lo que el cabreo del respetable disminuye. Las miradas con cachondeito en el chiringuito hacen que la estancia de los torpes sea casi un suplicio... Qué se jodan.
Resumen: no dudo que estén muy cómodos (hay veces que hasta los miro con cierta envidia) con su bebida fresca y su papeo en tuppers. A mi eso mismo me está costando un testículo en el chiringuito... pero, coño, la imagen es la imagen. Es como si, pasados los cuarenta, voy de super relaciones públicas molón en discoteca de moda y al sacar algo del bolsillo se me cae el bono-metro... pues como que no mola. Ni siquiera en Los Ángeles, California, que no me conocía nadie fui capaz de estar con mi familia adoptiva americana sentado en una manta en la playa con neveras y papeo sin sonrojarme. Bueno, de hecho, estaba en una esquinita de nada y , a pesar de todo, se me cortó la digestión del mal rato que pasé...
Gracias a Dios... se acabó el verano, el ver-ano-rmales en la playa.
Resumen: no dudo que estén muy cómodos (hay veces que hasta los miro con cierta envidia) con su bebida fresca y su papeo en tuppers. A mi eso mismo me está costando un testículo en el chiringuito... pero, coño, la imagen es la imagen. Es como si, pasados los cuarenta, voy de super relaciones públicas molón en discoteca de moda y al sacar algo del bolsillo se me cae el bono-metro... pues como que no mola. Ni siquiera en Los Ángeles, California, que no me conocía nadie fui capaz de estar con mi familia adoptiva americana sentado en una manta en la playa con neveras y papeo sin sonrojarme. Bueno, de hecho, estaba en una esquinita de nada y , a pesar de todo, se me cortó la digestión del mal rato que pasé...
Gracias a Dios... se acabó el verano, el ver-ano-rmales en la playa.