Perdoooooooooon
Para las reales (y horteras) posaderas
Cómo ha evolucionado la sillita de playa. Las primeras de la foto siguen de rabiosa actualidad en ciertas playas gaditanas, ovetenses y malagueñas. Es como ver " Cuéntame...." pero en directo. Algunos, los más rodados en el dominguerismo playero, llevan consigo a la abuela vestida de negro para ponerla a la sombra. Para mí que la abuela está momificada, es un extra como la nevera o la sandia...
Extras sonrojantes
Evoluciones
Como en casa
El "como-molo-con-mi-barco" tocapelotas
Muy extendido últimamente. Los poseedores de ciertas lanchitas y barcos deciden ir a comer al chiringuito de la playa. No disponer de lancha auxiliar es un problema pero no tener ganas de nadar ( o no saber hacerlo) es un problema mayor aun. Deciden pasarse por el arco del triunfo las normativas , leyes, que no les permiten aproximarse a la playa con su flamante lancha. Afortunadamente casi siempre alguno de los invitados a bordo hace una demostración de torpeza a la hora de bajar y llegar a la playa. Una señora y un torpe siempre o se caen o se empapan con lo que el cabreo del respetable disminuye. Las miradas con cachondeito en el chiringuito hacen que la estancia de los torpes sea casi un suplicio... Qué se jodan.
Resumen: no dudo que estén muy cómodos (hay veces que hasta los miro con cierta envidia) con su bebida fresca y su papeo en tuppers. A mi eso mismo me está costando un testículo en el chiringuito... pero, coño, la imagen es la imagen. Es como si, pasados los cuarenta, voy de super relaciones públicas molón en discoteca de moda y al sacar algo del bolsillo se me cae el bono-metro... pues como que no mola. Ni siquiera en Los Ángeles, California, que no me conocía nadie fui capaz de estar con mi familia adoptiva americana sentado en una manta en la playa con neveras y papeo sin sonrojarme. Bueno, de hecho, estaba en una esquinita de nada y , a pesar de todo, se me cortó la digestión del mal rato que pasé...
Gracias a Dios... se acabó el verano, el ver-ano-rmales en la playa.
Resumen: no dudo que estén muy cómodos (hay veces que hasta los miro con cierta envidia) con su bebida fresca y su papeo en tuppers. A mi eso mismo me está costando un testículo en el chiringuito... pero, coño, la imagen es la imagen. Es como si, pasados los cuarenta, voy de super relaciones públicas molón en discoteca de moda y al sacar algo del bolsillo se me cae el bono-metro... pues como que no mola. Ni siquiera en Los Ángeles, California, que no me conocía nadie fui capaz de estar con mi familia adoptiva americana sentado en una manta en la playa con neveras y papeo sin sonrojarme. Bueno, de hecho, estaba en una esquinita de nada y , a pesar de todo, se me cortó la digestión del mal rato que pasé...
Gracias a Dios... se acabó el verano, el ver-ano-rmales en la playa.